lunes, 23 de marzo de 2009

Viva la venganza!

Recapitulando un poco lo que me pasó en mis años de nadadora, triatlonista y atleta, casi me pisan dos carros (como si los carros pisaran y los humanos atropellaran), casi pierdo el estómago por una botella con instintos homicidas, casi muero electrocutada dentro de una piscina (nada mejor para conducir la electricidad), casi me asfixio con un chicle delicioso, casi me quedo viviendo en Costa Rica (o casi me asesina mi mamá) y casi muero de vergüenza por mi caída en el triatlón. Suena como que no me ha pasado nunca nada.

Esas idas a Costa Rica fueron muy divertidas y altamente interesantes. Si mal no recuerdo, asistí a 6 competencias, entre San José y Heredia. En uno de esos viajes por carretera, una de las ruedas del bus se pinchó y tuvimos que parar por ahí y esperar que el chofer pudiera, bueno, no sé que hizo, supongo que repararla. Es que los detalles no me los sé, ni que yo fuera mecánica. El asunto es que llegamos como a las 9 de la noche a la frontera, y por supuesto, ya estaba cerrada, así que tuvimos que quedarnos a dormir allí hasta la mañana siguiente. Fui con unas amigas a un restaurante, comimos, etc, etc. Cuando regresábamos al bus, se nos atravesó un man. Un piedrero (un piedrero es un pordiosero). El tipo llevaba un machete en la mano y venía hacia nosotras. Empezamos todas a gritar y corrimos de nuevo hacia atrás como si nos persiguiera el diablo. Por suerte nos encontramos a uno de los papás que viajaban en el bus, y él pidió refuerzos (entre esos se encontraba mi papá). Tengo una imagen en mi mente que es bien divertida, porque recuerdo a mi papá con varias piedras en la mano, amenazando al borracho ese… Ya creo que alguien se atreva a amenazar a un drogadicto que tiene un machete en la mano.

Así que sumemos la de que casi muero descuartizada en mil pedacitos.

Un fin de semana que asistimos a Chitré (una ciudad que queda como a 5 horas de la capital, donde yo vivo) a otra competencia, mi papá y yo nos quedamos en la casa de una de mis compañeras de natación. Estar en una casa que no es la mía no supone gran problema para mí, pero desde ese día sí que lo fue. Cuando estaba entrando a la ducha esa noche, me llevé el peor susto de la historia. Apenas cerré la puerta y abrí el grifo, vi que en la mismísima puerta estaba pegada la araña/tarántula más grande del mundo. Puede que mienta, me imagino que fue porque no había mucha luz y la sombra la hacía más gigante. ¿No les he contado que sufro de bichofobia? Pero es una fobia horrible; cuando estaba de Servicio Social en Bocas del Toro (provincia que queda a 9 horas de la capital) y nos empezaron a llover cocorochos apenas se apago la luz principal (son como unos escarabajos chocolates, horribles y asquerosos que hacen una bulla espantosa y que son bastantes grandes) yo me eché a llorar, estaba temblando, sudando, con fiebre… es que esos bichos se ponen alrededor de la luz, y como la apagamos, como que se volvieron locos. No interesaba si tenía 3 mantas encima, igual sentía cuando me caían encima, y casi me muero. También lo peor que me ha pasado respecto a los bichos es que un día de vacaciones escolares encontré algo así como un escarabajo en el pasillo de mi casa. Llamé a mi tío, que andaba por ahí, y él le echó Baygon, que lo único que hizo es que se volviera loco. Por lo tanto, hui despavorida de la escena del crimen, detrás de mi tío. El problema consistió en que mi tío se encontraba caminando, y yo corriendo detrás de él, empujándolo para que avanzara más rápido. Y allí fue cuando sentí que me golpeaba un dedo del pie derecho, así como cuando uno se golpea contra un mueble, o contra la pata de la cama. Pero la cosa es que el dolor jamás se fue. Eran las 9 de la mañana, y yo estaba en la cama, llorando (el dolor era horrible). Mi papá llegó una hora más tarde y como vio que mi tío estaba medio raro, le preguntó que qué era lo que le pasaba. El muy desgraciado bochinchoso (chismoso) le dijo que yo estaba en mi cuarto llorando porque me había encontrado con un bicho. Mi padre llegó todo furioso a mi cuarto, gritándome que ese bicho era más pequeño que yo y que era él el que tenía que tener miedo de mí. Lo callé diciéndole que qué mierda creía que pasaba, que yo no estaba llorando por ningún puta bicho sino porque me pegué duro. Dijo: “Ah” y salió de mi cuarto. A las 12 del mediodía (3 horas después) yo seguía en mi cuarto. Tenía todo el pie hinchado, desde los dedos hasta el tobillo, y el dedo… estaba morado, verde, rojo e hinchadísimo. Recuerdo que me dio por salir como a las 11:00 am a decirle a mi papá que tenía el dedo muy raro, como si estuviera roto, pero él me dijo que me pusiera hielo y que no jodiera, porque la culpa la tenía yo, por estar huyéndole a un bicho estúpido. A las 12:30, después de echarle un vistazo a mi pie, decidió llamar a mi mamá.

--Oye, ¿sabes lo que hizo tu hija? Salió corriendo porque vi un bicho… Sí, si, como siempre hace… aja, dice que Rommel (*mi tío*) iba a matarlo y ella salió huyendo… Creo que sí, supongo que lo echó a la basura… Cuando llegué estaba llorando… Exacto, llorando… Ya la regañé, sí… Bueno, ella dice que no fue por eso, sino porque se golpeó… yo que sé con qué, pero fue por andar corriendo en la casa (*CORRIENDO EN LA CASA!! Ok, se me olvidaba que yo vivía en una mansión de 3000 kilómetros cuadrados*)… parece que está rojo, por eso te llamé… ¿pero yo por qué? Ella es la que está chillando… Ahora, por culpa de ella, vamos a tener que gastar 100 dólares en un doctor, otros 100 más en una radiografía y quien sabe que mierda más vamos a tener que pagar (*200 dólares… no sé en que país vive mi papá, porque yo tengo seguro social*)… ven tú a buscarla, lo más seguro es que solo sea pura estupidez, ya vas a ver…

A la 1:30 de la tarde estaba donde una ortopeda, que me mostró las placas de mi pie, donde se veía perfectamente que mi dedo estaba rajado, no quebrado, sino que el hueso tenía una fisura de lado a lado. Pero según mi papá yo no tenía nada. Seguro que no tenía nada porque es que no era su pie. La doctora me preguntó que cómo me aguanté tanto dolor, y yo solo miré a mi mamá, que estaba que echaba chispas. Pero no por mí, sino por mi papá. A las 4, ya estaba en mi casa, con un vaina en los dedos, que me lo inmovilizaba totalmente (no podía utilizar yeso, dice que con eso no iba a sanar bien). Tenía que usar eso por 6 semanas, y recuerdo que dejó de dolerme como unos 3 meses después. Es que la fisura fue horrible.

Pero lo más divertido de esto fue la que se formó en mi casa esa noche. Mi mamá empezó a gritarle a mi papá que qué clase de padre irresponsable era, qué era un pendejo por no darse cuenta de las cosas, que era un maldito egoísta que sólo ve su dolor… ah!!!, nunca me reí tanto como ese día. Todavía hoy, 4 años después, le reclamo a mi papá el que me haya dejado 4 horas con un dedo roto.

Un día vi por ahí esta frase: Haz cosas buenas, y cosas buenas te pasarán. Haz algo malo y esto regresará para atormentarte. Cuestiones del karma. La venganza es linda y satisfactoria.

El año pasado llegué a mi casa y mi tío me dijo que había comprado comida de afuera, porque mi papá estaba tirado en la cama. Me acerqué al cuarto, y vi que él se encontraba vuelto una pelotita. Bueno, se va a morir y no dejó hecho el testamento, pensé. Mientras estaba comiendo, mi papá se acercó al comedor y me dijo: “Oye, Astrid, me siento muy mal, me duele el abdomen”. Y yo, recordando todas las cosas que NUNCA hizo respecto a mi salud (es un tema para otro post otro día), le contesté: “Eso es problema tuyo”. UHHH! Amé su cara cuando me gritó: “CHUCHAMADRE, NO ME HAGAS CASO PUES!”. Cuando se metió a su cuarto de nuevo, empecé a reírme como loca. 1 minuto después llamaron a mi casa, y cuando agarré el teléfono, era mi mamá, que me dijo, muy suavemente (en serio, fue con una voz normal), que mi padre le había dicho hace un rato que me negué a ayudarlo. Le recordé que él me dejó 4 horas con un dedo roto, entonces mi madre dijo que si él me pedía que lo llevara al médico, lo acompañara. Cuando mi papá salió de nuevo y me dijo que me cambiara, me tomé todo el tiempo del mundo, hasta me puse a cambiarme de carteras, de una roja a una negra, para que me combinara con el sweater negro que demoré, por muchas casualidades de la vida, como unos 5 minutos en elegir con el jeans que, también, demoré un buen tiempito eligiendo. Ah, y el reloj y los aretes y las pulseras, y el color de la cola y en cerrar las ventanas, y elegir unos zapatos y en arreglar mi cuarto y en lavarme los dientes. Lástima que no pude limpiar la casa antes de salir, aunque ganas no me faltaron. La venganza es linda y hermosa. Resultó ser disque unas piedras en… ¿es en los riñones? Creo que sí. Pero una hora después de llegar, el dolor ya se le había quitado. Por cierto, su problemita de salud costó un dinerito; el mío no costó nada.

Pero estaba contando lo de la araña/tarántula chitreana (de Chitré). Cuando vi eso, quedé sin aire. Imagínense, yo en cuera con una araña en el baño. Y además, ella estaba en la puerta, así que no podía escapar. Pude abrir la puerta sin que ella se moviera, y salí gritando como loca, por toda la casa, en toalla, que había una araña en el baño. El señor de la casa la mató como en 2 segundos. Le pareció de lo más chiquita.

Entonces ahora añadamos la casi muerte por picadura de una araña/tarántula casera.

Bye! =)

3 comentarios:

Claudia S. dijo...

jajajaja que gracioso! yo tambien le tengo pavor a los bichos! soy de las que me da un patatus (infarto) al verlos :s tambien me han llamado la atencion mis papas por ser tan exagerada u_u
Pero a poco no son detestables los bichos???
Saludos!

*Astrid A.* dijo...

Es que la frase clásica de ellos es: "Tú eres más grande, ellos te tienen miedo!"...
Pero es que son espantosos, no puedo vivir tranquila con un bicho cercaa!

Anónimo dijo...

casi te mata un jason wanabe JAJAJAJA
y la ara;a te stalkeaba, en el bathroom O: !!!